Hoy en día, en el mundo de las prisas, de los conflictos, de la competencia, afloran quizás con mayor fuerza, problemas de índole psicológico que como mínimo hacen que seamos menos felices. Como comentaba, muchos de estos problemas están relacionados con nuestro modo de vivir. Hay otros que son verdaderas enfermedades que por “culpa” de la genética unas veces y otras porque se desencadenan durante la vida hacen que enfermemos manifestándose la enfermedad psíquica de distintas maneras, constituyéndose una enfermedad mental o un trastorno adictivo, o bien ambas simultáneamente (Patología dual).

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Respecto a la adicción decir en primer lugar que se trata de una enfermedad. Nadie quiere convertirse en un adicto. Hay factores previos tanto genéticos como de aprendizaje que hacen que una persona sea más propensa a la adicción. Cuando hablo con mis pacientes adictos suelo decirles que tienen una enfermedad, eso sí una enfermedad distinta. Quizás sea la única que depende de uno el tenerla ó no tenerla. El médico, el psiquiatra, el psicólogo, acompaña a la decisión del paciente de dejar la adicción, pero el “protagonista” es el paciente. Todo aquel que quiere dejar las drogas, puede hacerlo si así lo decide y se deja ayudar. El proceso de dejar las drogas es un proceso de “reconstrucción”, de recuperación de valores, de generación de proyectos y de madurez personal. No olvido a las familias del adicto. Dicen que por cada adicto hay un promedio de 8 personas de su entorno que sufren. También estas personas necesitan apoyo y asesoramiento para poder manejar la situación tanto en las situaciones de crisis como en las de mejora del paciente adicto.

Fuera miedos y estigmas, y pongamos manos a la obra.

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Claves fundamentales para el CAMBIO:

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MOTIVACIÓN, PACIENCIA, PERSEVERANCIA, HONESTIDAD, SINCERIDAD, DEJARSE AYUDAR 

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